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ARI incumple en Albrook:

Rafael Spalding
 


Lo único que piden los residentes de Albrook es que se cumpla con lo pactado

Lo que aquí les cuento no es bochinche, aunque tome la forma de bochinche al tener que apretujarlo en el pequeño espacio delimitado por estos márgenes. La información ha sido recogida de los comités de trabajo de los residentes de Albrook, y refleja algunas de las espinas que mantienen irritados a los residentes.

El administrador de la ARI ha atacado a los residentes de Albrook, como si fueran niños de bien que les quitan el pan de la boca a los pobres. Recientemente, y a través de los medios noticieros, le ‘‘regaló’’ a los residentes de Albrook 77 hectáreas por un valor de 46 millones de balboas, solamente como para calmar su lloradera; y luego informó que no talaría los árboles que están a orillas de la calle Canfield. Esa es la calle que según sus planes se convertirá en una vía de seis y cuatro carriles.

Resulta que los residentes de Albrook son clientes de la ARI que invirtieron aproximadamente 25 millones de balboas en la compra de las viviendas. De esa cantidad, aproximadamente 7 millones de balboas son de la comunidad de jubilados. Esas mismas personas invirtieron después varios millones más para la reparación y remodelación de las viviendas compradas. Ninguna de estas personas ha pedido ni quiere prebendas; solamente quieren que se cumpla con lo pactado.

La ARI vendió el concepto ‘‘ciudad jardín’’ a las personas que compraron viviendas en las áreas revertidas, incluyendo Albrook, Llanos de Curundú, Espinar, etc. Es el mismo concepto que aún hoy está usando para vender las viviendas en Clayton. El concepto de la ‘‘ciudad jardín’’ está contemplado en la ley del Plan Regional para el Desarrollo de la Región Interoceánica y el Plan General de Uso, Conservación y Desarrollo del Area del Canal (también conocido como Planes Regional y General).

Pero hay sorpresas y sorprendidos. Ahora que las viviendas han sido vendidas en Albrook, la ARI está procediendo con la venta del ‘‘jardín‘‘ que está dentro del área residencial. Lo está vendiendo para crear en forma desordenada, áreas industriales, viviendas de alta y mediana densidad, oficinas, etc. Está también convirtiendo parte del jardín en una avenida de cuatro y seis vías, pasando cerca de las viviendas. Una de las calles principales de la comunidad, contrario a lo prometido, se ha convertido en una vía de acceso con un tráfico diario de más de 3 mil carros. Esta calle –ahora un tajo feo– parte la comunidad en dos. Muy pocos residentes usan las aceras de esa calle; es peligrosa para los niños y mascotas; es de difícil acceso desde las calles laterales; es ruidosa, etc. Se piensa que cosas similares podrían pasar con el ‘‘jardín’’ de Clayton cuando las casas ya sean vendidas.

Hay mucho más en Albrook. Se sabe que la ARI ha hecho planes para vender áreas que son inundables y que sirven para desalojar las aguas pluviales; ha permitido la tala de árboles con más de 50 años de antigüedad, sin que se hubiesen producido consecuencias al que los taló. Si no se cambia el trazado actual de la vía marginal Albrook–Los Pueblos, se afectará a unos 48 árboles, entre ellos un corotú que se estima tiene más de 80 años. El plan de vender parcelas para viviendas de mediana densidad anunciado en los periódicos, implica la tala de árboles y la eliminación de áreas verdes bien establecidas y necesarias para la fauna. ¿Y qué hay de la biodiversidad requerida por la ley?

Con esta reducción de las áreas verdes se está violando el concepto de servicios ambientales que la ley de Plan Regional y General dice deben ser protegidos. Los resultados serán nefastos. Por ejemplo, al aumentar las áreas de concreto a expensas de las áreas verdes, se afecta la capacidad estudiada, diseñada e instalada para desalojar las aguas pluviales. Con las lluvias torrenciales que ocurren regularmente en Panamá, las zanjas de desagüe de Albrook ya están siendo sobrecargadas, creando lagunas temporales. El aeropuerto Marcos A. Gelabert ha sido cerrado más de una vez por inundación de la aeropista. Inundaciones peores se ven en otras barriadas de Panamá donde tampoco se han tomado las precauciones necesarias. Parece que en Panamá no aprendemos de nuestros errores. Construir edificios y cubrir el suelo irreflexivamente con concreto, contribuye a las inundaciones que regularmente se ven en la ciudad.

Los residentes de Llanos de Curundú ya tuvieron una gran batalla cuando la ARI trató de pasar una calle de acceso de cuatro vías en medio de su comunidad, afectando su calidad de vida. Los residentes de Albrook están teniendo ahora una batalla sobre promesas incumplidas. Si se sigue el mismo patrón, los residentes de Clayton tendrán que batallar para proteger el ‘‘jardín prometido’’. ¿Qué pasará en Los Ríos y Cárdenas?

¿De dónde ha sacado la ARI 77 hectáreas adicionales para ‘‘regalar’’ a los residentes de Albrook? Se le solicita respetuosamente al administrador de la ARI, que describa detalladamente su ubicación. ¿O será simplemente otra de esas promesas que no se cumplirán?

Es preocupante la manifiesta falta de seriedad de la ARI.

El autor es residente de Albrook